Sería una moneda digital del banco central, semejante al efectivo. Y complementaría los billetes y monedas, dando a los ciudadanos mucho más opciones en sus pagos.
El Banco Central Europeo (BCE) transporta múltiples años acometiendo un ambicioso emprendimiento, de la misma otros bancos centrales de todo el mundo: digitalizar su efectivo, con la creación de un banco digital euro, y la circulación física del euro -en billetes y monedas- y por escrito -a través de transacciones de cuenta a cuenta-.
Este emprendimiento es una parte de un enfoque que tiene múltiples objetivos, cuya gama es bien difícil de clasificar; aun, como en la situacion de ciertos, es bien difícil persuadirlos de su importancia. ¿Es en contestación al peligro de avance asociado con la utilización de monedas privadas, como las criptomonedas, singularmente las monedas equilibrados, estos activos digitales consisten en una compañía privada que emite dólares americanos o euros “secos”? ¿Es la contestación al desafío de digitalizar la moneda de China con la publicación del y también-yuan y su empleo en la ruta de la seda digital? ¿No es preferible hacer más simple su empleo a los ciudadanos de europa y achicar consecuentemente el peligro de estafa? ¿O se ve como una ambición mayor llevar a cabo del euro digital la moneda en todo el mundo de los intercambios digitales de todo el mundo más adelante? Para un lector de afuera, todo lo mencionado aún no está claro y todavía hay inquietudes sobre los objetivos precisos asignados a este euro digital1. Según los varios documentos publicados por el ECB2, el primordial razonamiento en pos de la creación de un euro digital es “proteger el papel de la moneda pública como ancla monetaria del sistema de pago”, lo que dejaría alentar la innovación3. En otras expresiones, el euro digital sería, más que nada, una contestación al desafío que los criptoactivos encararían al monopolio de la moneda de curso legal y que las BigTech representarían a las infraestructuras de pago habituales. Estos razonamientos no persuaden al ciudadano europeo de que la utilización de la moneda digital es urgente, cuando menos no para las pretensiones del día a día, y detallan la carencia de ambición de las autoridades políticas.
La Eurocoin es una idea privada, no del BCE
Si bien el BCE no emite criptomonedas y el sitio que invita a invertir en la EuroCoin es engañoso, hay una criptomoneda llamada Eurocoin, que no guarda relación con instituciones comunitarias o publicaciones virales en redes, sino más bien con una moneda digital relacionada con el euro lanzada por Circle, una compañía estadounidense de tecnología financiera.
Circle enseña en un aviso anunciado en su página web que Eurocoin —que estuvo en el mercado desde junio— está relacionado al valor del euro, de ahí su nombre.
Las virtudes del euro digital
Juan Carlos Higueras, analista económico y instructor de EAE Business School, resalta la optimización en seguridad que puede dar esta moneda: “Es menos arriesgado que el dinero fiduciario pues siendo digital puedes proseguir el indicio y es mucho más seguro. Simplificará los pagos digitales”. Además de esto, el instructor aclara: “No hablamos de hacer una exclusiva moneda o dinero bancario.”
