La deflación o inflación negativa es la caída extendida y continua de los costes de los recursos y servicios. La deflación es ocasionada por un exceso de oferta y una demanda achicada y, de forma frecuente, se asocia con crisis económicas y recesiones. En la teoría económica, la deflación es la reducción de la oferta monetaria (la proporción de dinero en circulación) en una economía, lo que hace una caída general de los costos. Y por esa razón el término deflación se emplea generalmente para referirse a la caída de los costos.
Los gobiernos engañan sobre la tasa de inflación y el beneficio que crea, con lo que no es de extrañar que charlen en oposición a la deflación (a los efectos de este producto, aceptamos que la inflación es un incremento general de los costes y la deflación es lo opuesto) , lo que sería bueno para los usuarios y la economía, pero malo para el gobierno. (A pesar de que los economistas austriacos definen la inflación como un incremento en la oferta monetaria, el efecto neto de la inflación es un incremento en los costos de los activos, tal como una distorsión de la composición de la producción).
Los costos caen en un ámbito donde la moneda no está inflado y, por ende, hay una inversión mucho más sostenible y una mayor eficacia. En una economía con poca o ninguna intervención del gobierno (cuando menos intervención monetaria y poca regulación, gasto público y también impuestos), hay mucho más inversión en un largo plazo (inversión de capital, por poner un ejemplo), lo que incrementa la eficacia de la economía. En una economía deflacionaria, el poder de compra del dinero tiende a acrecentar pues no hay inflación monetaria por la parte de los bancos centrales y los costos tienden a caer. Los usuarios tienen la posibilidad de obtener mucho más bienes y prestaciones, y las compañías tienen mayores márgenes de beneficio.
Inflación o deflación, ¿qué es preferible para una economía?
Los altos escenarios de inflación tienen la posibilidad de poner bajo riesgo una economía al lograr que los costos suban mucho más veloz que el desarrollo de los sueldos, lo que transporta a una reducción de la eficacia empresarial, falta de poder de compra del cliente frente a la pérdida de poder de compra y una distribución dispar de la dinero.
De igual forma, la deflación puede ocasionar una crisis dificultosa en la economía de una zona gracias a la acumulación de dinero por la parte del cliente que ahorra previendo una caída continua de los costos. Esta situación se traduce en una reducción de la inversión y el gasto empresarial y, consecuentemente, un incremento del desempleo y la indecisión de los usuarios.
Qué es la deflación
La deflación es una disminución extendida de los costos de los recursos y servicios.
O sea lo contrario a la inflación, que es un incremento en los costos.
¿Qué es la deflación y cuáles son sus secuelas?
En el momento en que un país está en un desarrollo de deflación, lo que padece es una disminución extendida de los costes de los recursos y servicios, incesante y en el transcurso de un largo período temporal. El intérvalo de tiempo mínimo para estimar que nos encontramos en un desarrollo deflacionario es de 1 año, según el Fondo Capital En todo el mundo.
El primordial inconveniente de la deflación es que puede hacer un círculo vicioso. Conforme reduce la demanda de bienes y prestaciones, las compañías no reciben las ventajas aguardados, lo que transporta a bajar los costes para ganar ventas. Para conseguir la reducción de costes, se despide a los usados, quienes continúan desempleados. En este contexto, la gente que no tienen capital tan altos dismuyen su consumo y, consecuentemente, la demanda prosigue cayendo. Próximamente.